gradirripas

La empresa Gradirripas, es un negocio pequeño y familiar regentado por la familia Violante, que lleva desde 1885, transmitiendo sus conocimientos de generación en generación( y ya son 5 generaciones¡¡¡) y dando nuevas formas de vida a la madera.

Es en Pernes, un pequeño pueblo entre las ciudades de Santarém y Torres Novas, donde tienen el taller y realizan un trabajo constante y de calidad desde hace más de 130 años, respetando las raíces y tradiciones portuguesas, recuperando algunos productos en desuso soluciones tan antiguas como útiles.

Si bien su filosofía está basada en el dicho -la verdadera sabiduría está en la simplicidad- si bien han sido capaces de convertir las tablas de madera en algo más que un producto de trabajo para preparar alimentos, pudiendo ocupar un lugar especial en la mesa, como un accesorio de cocina más.

Para responder mejor a las expectativas y necesidades de sus clientes, se han especializado en tres tipos de madera: pino, fresno y roble, todas ellas, certificadas y cuyos proveedores cuentan con políticas de reforestación.

Pequeño, familiar, local

Este valor se refleja en las relaciones que establecen cada día con sus proveedores o clientes. Alrededor de este principio han adoptado naturalmente comportamientos y estrategias que defienden lo que valoran.

Todos sus empleados son personas con mucha experiencia que viven en su pueblo o cerca, la mayoría de ellos también con raíces familiares en el universo de la madera, personas capacitadas y con talento que, sin embargo, están en una situación laboral precaria.

Apoyo a la economía local

Su red de proveedores principal, con la que cubren las necesidades diarias de nuestro negocio, se encuentra en Pernes y sus alrededores. Cuando eso no es posible, siempre encuentran una solución en Portugal, priorizando las maderas locales frente al resto, lo que les lleva a reducir la huella de carbono inherente a su proceso productivo.

Sin desperdicio

Conscientes del impacto ambiental de su actividad, sólo compran madera a proveedores que aseguran la reforestación. Y utilizan su materia prima al máximo, transformando lo que sería un desperdicio en productos útiles de uso diario.

Lo que realmente no pueden  reutilizar, va a las pequeñas empresas locales (madera para los hornos de la panadería, virutas para la cama de las aves de corral…).