
El 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Alegría, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de este sentimiento vital y contagioso. La idea fue impulsada en 2010 por el colombiano Alfonso Becerra, un gestor cultural que propuso dedicar una jornada a reconocer el poder de la alegría como motor de cambio social y bienestar personal. Desde entonces, este día ha ido ganando popularidad en distintas partes del mundo como una oportunidad para valorar los pequeños momentos, las conexiones humanas y todo aquello que nos hace sentir bien.
En un mundo donde las rutinas, el estrés y las preocupaciones muchas veces ocupan el centro de nuestras vidas, celebrar la alegría no es un lujo, sino una necesidad. Y, aunque muchas veces la asociamos a eventos extraordinarios, lo cierto es que la alegría también habita en lo cotidiano: una conversación sincera, una tarde de sol, una taza de café… o incluso, el espacio en el que vivimos.
Hogares que nutren la alegría
Cada vez más estudios confirman lo que muchas personas ya intuyen: el entorno que habitamos tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo. Un hogar que refleje nuestros valores, que nos proporcione armonía y que esté en sintonía con la naturaleza puede ser una fuente constante de bienestar emocional. En este sentido, la decoración sostenible no solo es una decisión responsable con el planeta, sino también una herramienta poderosa para construir una vida más alegre y consciente.

Colores que levantan el ánimo
La paleta de colores con la que decoramos nuestro hogar puede influir profundamente en nuestras emociones. Tonos cálidos como el amarillo, el naranja o los tonos tierra transmiten energía y optimismo, mientras que los colores neutros combinados con acentos vibrantes pueden crear una atmósfera de calma y vitalidad. Incorporar estos colores en elementos como cojines, cuadros, alfombras o lámparas es una forma sencilla y efectiva de infundir alegría en tu día a día.

Luz natural y materiales vivos
La iluminación también juega un papel clave. Siempre que sea posible, aprovechar la luz natural mejora el estado de ánimo y regula nuestros ritmos internos. Complementarla con lámparas fabricadas con materiales naturales, como las de madera, corcho, lino o fibras vegetales, añade una dimensión sensorial cálida y reconfortante.
Además, los materiales vivos conectan con nuestros sentidos y nos devuelven al origen. El tacto suave de una manta de algodón orgánico, el olor sutil de una mesa de madera sin tratar, o la textura de un asiento de esparto son detalles que, aunque pequeños, elevan la experiencia del habitar. Son elecciones que suman autenticidad y bienestar.

Espacios para compartir y disfrutar
La alegría muchas veces se potencia cuando es compartida. Por eso, diseñar rincones pensados para la reunión, la conversación o el juego en familia también es una forma de cultivar esta emoción. Desde una mesa de comedor de diseño ecológico hasta un banco multifuncional en el recibidor, el mobiliario puede facilitar encuentros y gestos de conexión cotidiana.
Los sofás amplios, las butacas cómodas y los textiles suaves invitan al descanso y al disfrute. Y si además son sostenibles, hechos con criterios de producción ética y materiales duraderos, el bienestar se multiplica: porque sentirnos bien también implica saber que nuestras elecciones tienen un impacto positivo.

Verde que te quiero verde
Las plantas son otra fuente inagotable de alegría. Además de purificar el aire y decorar, aportan vitalidad, reducen el estrés y nos conectan con los ciclos de la naturaleza. Incorporarlas en maceteros de diseño consciente, elaborados a partir de materiales reciclados o biodegradables, es una manera hermosa de celebrar la vida en casa y de integrar naturaleza y diseño en un mismo gesto.

Este 2025, en el Día Mundial de la Alegría, te proponemos mirar a tu alrededor y preguntarte: ¿Qué espacio de mi hogar me hace sentir bien? ¿Qué pequeño cambio puedo hacer para potenciar esa sensación? A veces no hace falta reformar por completo, sino simplemente reordenar, sumar una lámpara artesanal, renovar un textil, incorporar una planta o dar lugar a una pieza de mobiliario que combine belleza, funcionalidad y valores.
En Ekohunters creemos que la sostenibilidad no está reñida con el diseño ni con el bienestar. Al contrario: cuando elegimos con conciencia, cuando rodeamos nuestra vida de objetos que respetan el entorno y que cuentan historias, también estamos creando un espacio emocional más saludable y alegre.